Me hago viejo. Cada año me produce más pereza seguir la actualidad musical y, al mismo tiempo, voy descubriendo joyas ocultas del pasado (porque si tengo que ser sincero, mi disco del año ha sido el genial debut de los pioneros del electro-samba Antena, ni más ni menos que de 1982). Pero para no faltar a la tradición y obligarme a escribir aunque sea unas líneas en este basurero mío llamado “Més vell que l’anar a peu”, he aquí mi personal lista de mis 5 discos de 2013.
5 – Prefab Sprout – Crimson / red
Paddy McAloon es y está aún más viejuno que yo. Este 2013 ha demostrado que como compositor pop sigue siendo uno de los mejores y que, igual que servidor, sigue siendo un ñoño y un pavo sin remedio. En las propias palabras de Paddy “Guess this world needs its dreamers“. La única pega que le pondría al disco es la autoproducción casera, que, en contraste con la producción suntuosa de las grandes obras de Prefab Sprout, sale bastante mal parada. Eso sí: canciones, canciones y canciones. Todo un regalo a estas alturas.
4- Veronica Falls – Waiting For Something To Happen
Durante el último lustro, las nuevas bandas británicas que han ido surgiendo me han ido aburriendo sobremanera y he tenido que recurrir a la otra orilla del atlántico para apreciar nuevos talentos (Real Estate, The Pains of Being Pure at Heart, Girls, John Maus, o, sin ir más lejos, mi top 1 de este año…). Una de las pocas excepciones es esta banda escocesa, que a mí personalmente me recuerda tanto, en sus perversos juegos vocales chico-chica, al indie escocés de otras épocas como The Vaselines o The Pastels.
3 – My Bloody Valentine – m b v
Por mucho que digan, después de 22 años de silencio esto no es el nuevo “Loveless”, no porque “m b v” no sea un disco innovador ni atrevido sónicamente, ni porque igualmente esté cuidado hasta el último detalle, como la obsesión de Kevin Shields manda. Es el cambio de época. En 2013 este disco no define a su tiempo, ni a su década. Tampoco “Loveless” lo pretendía, pero lo hizo. “m b v” es un disco de belleza abstracta, es y no es pop, repele y atrae, te “coloca” pero a la vez te pone los pies en el suelo. Y eso si te lo da un disco ya es mucho. Como se puede leer en un comentario de youtube: “puro orgasmo y bellaquería”.
2- Daft Punk – Random Access Memories
Lo de echar la vista atrás a los años gloriosos de la música disco no solo lo hizo Madonna en su “Confessions on a dance floor”: lo han hecho todos, así que nada reprochar a Daft Punk, que llevan haciendo más de lo mismo desde 1997, sin complejos y con todo el morro. Ahora, con una impresionante nómina de colaboradores de lujo entre los que evidentemente destacan Nile Rodgers y Giorgio Moroder. El resultado: música para las masas. Y, para que no se diga, no pongo el single más radiado de todo el año, sino otra de las joyitas del álbum:
1 – John Grant – Pale Green Ghosts
Si su debut en solitario de hace un par de años tenía predominantemente un toque 70s, John Grant, el mayor capullo que te encontrarás jamás, ha abierto su paleta a sonidos más ochenteros y sintéticos en su segundo disco (como en la canción que da nombre al álbum o “Sensitive New Age Guy”), sin tampoco renunciar a ese sonido orgánico tan setentero que volvemos a encontrar en la mayoría de cortes. O sea, que ni disco continuista, ni disco rompedor, sino todo lo contrario. El resultado es un álbum lleno de buenas canciones, con letras que a mí me importa un comino si son sinceras o no, pero que están bien montadas, funcionan, te llegan y comunican ALGO. De eso se trataba en el pop. Parafraseando a Morrissey: canciones que dicen algo sobre ti y sobre tu vida. Ha sido un amor a primera vista. Muy por delante del resto de los aquí reseñados.