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Kill Uncle

Coincidiendo con la reedición de Kill Uncle hacemos un repaso sui generis a uno de los momentos más extraños de la carrera de Morrissey.

Kill Uncle

Todo artista con larga trayectoria que se precie ha dado algún paso en falso. En el caso de Morrissey, bastantes, pero hay cierta unanimidad en considerar Kill Uncle (1991) el peor disco de su carrera. Y, ciertamente, Morrissey no podía empezar peor la década de los 90, con un álbum flojo y mal producido, donde uno tiene la sensación de estar escuchando una maqueta, y la mayoría de las letras también quedan bastante desdibujadas.

No obstante, el disco tiene también sus defensores, como es el caso de Nacho Canut (Fangoria) o Genís Segarra (Hidrogenesse, Astrud), y recientemente el crítico del New Yorker Ben Greenman ha hecho una interesante apología de este patito feo de la discografía de Mozzer. Y es que la apreciación de la calidad de una obra artística es algo esencialmente subjetivo.

No voy a defender Kill Uncle, porque realmente me parece un mal disco y más teniendo en cuenta cómo, por contraste con el contexto musical de la época (1991 es el año de Nevermind, de Loveless, del Blue Lines, del Screamadelica o el año en que unos veteranos R.E.M. explotan comercialmente), Morrissey aparecía como un artista desfasado, anclado en otra época, si no enterrado.

Pero siempre se pueden encontrar flores en la basura y dos de las que son mis letras favoritas de Morrissey están en este disco: “Sing Your Life” y “Driving Your Girlfriend Home”. La primera tiene una letra sencillamente genial y un enfoque originalísimo: Morrissey interpela al oyente en la que es probablemente la mejor guía do-it-yourself de cómo escribir una canción que se ha hecho. Sí, tú y yo también podemos escribir canciones si nos lo proponemos:

Con menos ironías y un toque más dramático, “Driving your girlfriend home” es una de las letras más poéticas de la discografía de Morrissey, y un buen ejemplo de su maestría como viñetista. En pocos versos, Moz dibuja una escena a tres bandas que bien podría acontecer en el mismo coche de “This Charming Man”, “That Joke Isn’t Funny Anymore” o “There Is A Light That Never Goes Out”. El protagonista acompaña en coche a la novia del “tú” al que se dirige la canción. Durante el trayecto, ella se empieza a lamentar sobre su vida y sobre su novio, y termina derrumbándose en una confesión de las miserias de la vida de pareja y de la frustración de una existencia que no es la que uno había planificado…

…pero, sobre todo, la canción no sería lo mismo sin la ambigua posición del narrador-protagonista, que no sabemos si es simplemente un amigo de la pareja que contempla distanciado y como espectador neutral este drama, o si, en cambio, está secretamente enamorado de la chica… o bien lo está del novio de la chica… Genial es también el contrapunto frío del final: “I’m parking  / Outside her home  / And we’re shaking hands  / Goodnight, so politely”.

¿Contra Thatcher se escribían mejores canciones?

Una de mis tesis recurrentes cuando ejemplifico la decadencia y banalidad actual del pop inglés es que hubo unos “good old days” -más o menos coincidiendo con la época en que la hoy difunta Margaret Thatcher fue primera ministra- en que muchos artistas pop británicos escribían letras abiertamente políticas y polémicas y se posicionaban claramente sin dejar de ser pop y, lo que es mejor, sin dejar de llegar a lo más alto de las listas de ventas.

En definitiva, que hubo una época en que el pop, género a priori hedonista y apolítico, fue y tuvo vocación política. Con todas las coartadas irónicas y artys que se quiera, también con la voluntad de vender y ser popular, pero con letras críticas con la sociedad de su tiempo, que es una de las cosas que hoy se echan bastante en falta en el aburridísimo pop británico de los últimos años (no así en el de otras geografías como el americano).

En cualquier caso, como la cabra tira al monte y con el único objetivo de mezclar la actualidad con mi pasión por el pop, se me ha ocurrido hacer un resumen en 10 canciones del nefasto mandato de Margaret Thatcher (1979-1990).

1 – The Clash – London Calling (1979)

Coincidiendo con la llegada de Maggie al poder, The Clash se imaginaban este sombrío escenario apocalíptico y postnuclear. El clásico que debió haber sido la canción de los Juegos Olímpicos del 2012.

2 – The Jam – That’s entertainment (1980)

Pocas canciones retratan tan bien como esta la decadencia de la sociedad británica, uno de los mejores y más despiadados cuadros de costumbres que se han escrito en el pop y la mejor  canción que se ha hecho nunca sobre el aburrimiento y el hastío con perdón de Morrissey y su “Everyday is like Sunday”. Para mí, el antihimno de UK.

3 – The Specials – Ghost Town (1981)

Una letra sobre decadencia urbana, desempleo juvenil y violencia en las calles que llegó al número uno justo en el verano en que hubo una oleada de revueltas en UK. Una letra que podría resumir perfectamente la España de 2013 por cierto: “Government leaving the youth on the shelf / This place, is coming like a ghost town / No job to be found in this country / Can’t go on no moreThe people getting angry.

4 – Depeche Mode – Everything Counts (1983)

Los Depeche Mode de la época de “Construction Time Again” usaban consciente y provocadoramente una imaginería marxista, no sin ironía, claro. Pero la cosa no se quedaba en la estética, y esta es una de las canciones que mejor resumen el materialismo y codicia de la nueva Gran Bretaña thatcherista. Visionarios.

5 – Billy Bragg – A New England (1983)

Billy Bragg, el bardo de Barking, el cantautor pop más político sin duda de toda la década, el que apoyaba las huelgas de mineros y hacía canciones sobre lucha obrera en la que es su canción menos política, en la que tira la toalla y se repliega en su vida privada: “I don’t want to change the world / I’m not looking for a new England / I’m just looking for another girl“. Sinceridad brutal.

6 – Bronski Beat – Smalltown Boy (1984)

Jimmy Sommerville. Ese encantador clon de Tintín, pero en versión izquierdosa y abiertamente homosexual. El incansable activista que demostró que lanzar eslóganes no tenía por qué ser una cosa aburrida y que de hecho era más efectivo si se hacía a ritmo de Hi-NRG.

7 – The Smiths – Heaven Knows I’m Miserable Now (1984)

El Morrissey joven e inadaptado que hacía cola en la oficina de empleo definitivamente no es el de ahora. Y era más creíble. Una de sus mejores perlas contra el credo yuppie de la realización por el trabajo la contiene esta sátira contemporánea que es “Heaven Knows I’m Miserable Now”: “I was looking for a job / and then I found a job / and heaven knows I’m miserable now“.

8 – The Housemartins – Build (1987)

Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. “Build” es simplemente la mejor canción sobre especulación inmobiliaria que se ha hecho. Pop corrosivo, triste y demoledor bajo el disfraz nerd e irónico. “From meccano to legoland / Here they come with a brick in their hand / Men with heads filled up with sand / It’s build.

9 – Morrissey – Margaret on the Guillotine (1988)

En su debut en solitario Morrissey mandaba a la dama de hierro nada más ni nada menos que a la guillotina y se alegraba por su muerte con 25 años de adelanto.

10 – Aztec Camera – Good Morning Britain (1990)

Por su fecha y título, bien podría ser la canción-balance del thatcherismo. Una de las mejores sátiras sobre una sociedad británica a la que se deja por imposible: “Jock’s got a vote in Parochia / Ten long years and he’s still got her / Paying tax and and doing stir / Worry about it later.” O estos otros demoledores versos: “From the police cell to the deep dark grave / On the underground’s just a stop away / Don’t be too black, don’t be too gay / Just get a little duller.”

Anotació

AQUEST BLOG ÉS EN STAND-BY, QUE NO MORT. Prometo avisar als pocs comentaristes d’aquest blog quan torni a escriure alguna coseta! Tornaré a atacar vilment a Morrissey “cual ex despechada”? Us descobriré grups raros britànics dels 80 i 90 que … Continua llegint

Years I refused to listen to Morrissey

Avís a navegants: això no és una crítica musical, és un pamflet!

Morrissey – Years of refusal (2009)

2009 serà recordat com l’any de la crisi… també l’any de la crisi dels 50 d’un senyor anglès que canta i es fa dir Morrissey:

That's how people grow up!

That's how people grow up!

I a què es deuen aquests mals auguris pel 2009? Doncs només cal sentir “Years of refusal”, darrer disc del crooner britànic, i posar-vos a tremolar! La fi del món s’apropa i Morrissey ens ho fa saber en 12 cançons apocalíptiques… sí senyors, heus aquí l’apocalipsi musical d’una carrera que va començar sent prometedora i ha acabat sent decepcionant.

El pitjor de tot és que “Years of refusal” ni tan sols és dolent, és preocupantment MEDIOCRE, que és el pitjor que li podia passar a algú com Morrissey, que sempre havia jugat la carta del tot o res, del love me or loathe me. En canvi, des del seu renaixement musical del 2004 (amb l’exageradament alabat per la crítica “You are the quarry” que sí, té força bones cançons… que no s’acaben d’executar bé del tot), Morrissey s’ha instal·lat en un còmode “middle of the road“. Mozzer ara pretèn contentar a parts iguals al públic AOR i a la crítica més rància, la mateixa que el va tractar amb excessiu rigor i escassa compassió en els seus primers anys de carrera en solitari i ara li riu totes les gràcies. No, si resultarà que l’última cara B merdosa que treu Mozzer és millor que el “The Queen is dead“. ¡Pues va a ser que no!

De les lletres millor ni parlar-ne. Morrissey sempre havia tingut una tendència a l’egolatria, a l’onanisme sentimental i a l’autocompassió més reiterativa (“nobody wants my love” canta a “I’m throwing my arms around Paris” una de les poques cançons del disc que passa l’aprovat justet), però sempre ho havia anat compensant amb enginy, ironia i ràfegues sobtades d’empatia que humanitzaven el personatge. En aquest disc veiem un senyor de 50 anys que continua patèticament amargat per una espècie de conspiració sentimental contra ell… No Morrissey, ja ets grandet i en el fons saps que tu i només tu amb el teu mal caracter t’ho has fet tot solet: you just have earned it, baby.

Detalls patètics del disc: haver inclòs els dos singles que va editar el 2008 amb ocasió d’un greatest hits, el fet que sembla que estigui cantant amb menjar a la boca (bé, al Southpaw Grammar semblava que esnifés coca, no sé què és pitjor!), el toc “mexicà”  de “When I last spoke to Carol” o “One day goodbye will be farewell” (estúpida picada d’ullet al seu públic llatí de LA) i, per damunt de tot, l’absència d’aquell tema que et feia posar la pell de gallina i, per un moment, et feia que perdonessis a Morrissey tots els plantons i decepcions… en definitiva, un  “Life’s a pigsty” capaç per si sol de redimir un mediocre “Ringleader of the tormentors” (2006).

En canvi a “Years of refusal” els pitjors auguris es fan realitat. Fins i tot cançons fluixes com els dos inèdits del Greatest Hits destaquen ara entre un material encara més fluix. I és que al costat de “Years of refusal“, els defectes del “You are the quarry” (2004) desapareixen de cop i volta i fan que t’adonis que aquell va ser l’últim gran disc que mai ens donarà Morrissey.

Malgrat tot, no tot són mals presagis per l’any musical 2009, doncs espero que aviat “I will be throwing my arms around Paris… Hilton!”.

You were good in your times

You were good in your times